Enfermedad maníaco-depresiva
"Clasificación de las psicosis endógenas y su etiología diferenciada"
Karl Leonhard
Editorial Polemos, Buenos Aries, 1999
ALCMEON 17, Nº2 - 1996
Sólo el resumen es de libre acceso, el extracto completo sólo está disponible para usuarios registrados.
Resumen
Con esto he expuesto, sobre todo en base a casos con carga, la sintomatología de la enfermedad maníaco-depresiva con la amplitud de sus síntomas. Es posible lograr un panorama de esa amplitud si partimos del síntoma básico maníaco y melancólico y vemos en las formas atípicas en parte estados mixtos, en parte estados parciales que a veces aparentan ser euforias puras y depresiones puras, y luego tenemos en cuenta una intervención de la sintomatología en la sintomatología de las otras formas bipolares. Es posible considerar algunas semejanzas con las psicosis cicloides como un aumento de la gravedad, por ejemplo en los cuadros maníacos confusos y depresivos estuporosos. La exposición será ampliada por medio de hallazgos estadísticos.
Sin embargo, algunos puntos de vista que serían de importancia en cuanto a la clínica, no serán tratados ni aquí ni allá, pues no hay nada esencialmente nuevo que pueda aportar. Es así que no he obtenido ningún resultado nuevo sobre la duración de cada una de las fases, que en las manías se suponen en promedio de tres a seis meses, en las melancolías de seis a nueve meses. El hecho de que algunas fases duren excepcionalmente sólo unas horas, de que por otro lado duren años e incluso se vuelvan crónicas, fue confirmado igualmente por mis hallazgos. He descuidado ahora los temperamentos normales pertenecientes a la enfermedad maníaco-depresiva, no porque no haya visto ninguna posibilidad de ampliar lo conocido, sino porque se realizaron para esto investigaciones especiales (Leonhard, 1963a, 1963b; Leonhard y col., 1962; von Trostorf, 1970). Está claro el hecho de que los temperamentos hipomaníacos, hipomelancólicos y ciclotímicos son frecuentes en las familias de los enfermos como una especie de atenuación de la manía, la melancolía y el estado mixto maníaco-depresivo. Pero más allá de ellos, es de un gran interés hasta dónde se podrían encontrar similitudes y diferencias con los temperamentos propios de las otras psicosis bipolares. Habría que examinar los hallazgos corporales en la enfermedad maníaco-depresiva cuando existen exámenes corporales de las otras formas fásicas.